Ibrahim Sönmez 1,2, Luis Villegas Negró 3, Rubén Mora 3, Cinta Folch 1,2,4
1 Centre Estudis Epidemiològics sobre les Infeccions de Transmissió Sexual i Sida de Catalunya (CEEISCAT), Agència de Salut Pública de Catalunya, Badalona, España.
2 Institut d’Investigació Germans Trias i Pujol, Badalona, España
3 STOP, Barcelona, España
4 CIBERESP, Madrid, España
Email de correspondencia: isonmez@igtp.cat
Resumen
Introducción: En los últimos años se ha venido observando un incremento en el consumo de drogas entre hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (GBHSH), particularmente relacionado con fines sexuales.
Objetivos: Describir la asociación entre variables demográficas, motivacionales y psicosociales con la autopercepción del efecto del chemsex en distintos aspectos de la vida de hombres GBHSH que practican chemsex y acuden al servicio Chemsex Support.
Materiales y métodos: Datos recopilados (entre julio 2017 y diciembre 2022) durante el servicio ofrecido por Chemsex Support (N=224). Se estimaron regresiones logísticas ordenadas uni y multivariable.
Resultados y discusión: El modelo multivariable mostró que los hombres que declararon evasión como motivo principal del chemsex (aOR=1,75, IC 95%: 1,06-2,89), desinhibición (aOR=1,84, IC 95%: 1,07-3,15), y/o haber tenido un chungo en los últimos 12 meses (aOR=2,88, IC 95%: 1,71-4,84) tenían una mayor probabilidad de autopercibir una mayor afectación del chemsex. Los hombres con estudios universitarios tenían menor probabilidad de declarar una afectación negativa en su vida debido al chemsex (aOR=0,43, IC 95%: 0,22-0,83). Futuros esfuerzos de prevención deben considerar estos factores como determinantes a la hora de crear estrategias de mejor adaptación para minimizar los resultados adversos relacionados con la participación en práctica del chemsex.
Introducción
En los últimos años se ha venido observando un incremento en el consumo de drogas entre hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (GBHSH), particularmente relacionado con fines sexuales (1,2). El consumo sexualizado de drogas se asocia a determinadas prácticas sexuales, como las relaciones sexuales anales sin condón (3), que incrementan el riesgo de adquirir el VIH u otras infecciones de transmisión sexual (ITS) (4–6).
El chemsex, un tipo particular de consumo sexualizado de sustancias vinculado y normalizado en la cultura sexual gay (2,7), se define como el consumo intencional de drogas (sustancias) para tener relaciones sexuales por un período de tiempo largo, que puede durar desde varias horas hasta varios días entre hombres gais, bisexuales, otros hombres que tienen sexo con hombres (HSH) (8,9) y más recientemente, personas con otras identidades sexuales (mujeres trans, personas no binarias, queer). Aunque es difícil precisar la prevalencia actual del fenómeno del chemsex (10), los estudios realizados hasta la actualidad encontraron que entre el 6 y el 8% de los hombres GBHSH en España informaron haber usado drogas estimulantes para hacer que las relaciones sexuales fueran más intensas o más prolongadas en las últimas cuatro semanas (11,12). Previamente, los resultados de una encuesta bio-conductual en hombres GBHSH realizada en distintas ciudades europeas mostró que más de la mitad de los participantes en Barcelona (55,9%) informaron haber usado alguna sustancia durante su último encuentro sexual, y el 4,5% informaron haber usado drogas frecuentemente vinculadas a la práctica del chemsex (13).
Aunque se ha demostrado previamente que el chemsex y el comportamiento sexual de riesgo entre los hombres GBHSH están asociados, las razones subyacentes para participar en sesiones de chemsex son complejas (3). Las razones por las que los hombres practican chemsex y los comportamientos que realizan son específicos de cada individuo, sin embargo, existen abundantes hipótesis que intentan explicar las motivaciones personales. Una de las principales motivaciones detrás de la participación en chemsex es intensificar el placer y las relaciones sexuales y lograr una mayor intimidad (14). En este sentido, las drogas que se usan comúnmente en las sesiones de chemsex son sexualmente excitantes y desinhiben por naturaleza (15), como la metanfetamina. Por otro lado, un estudio cualitativo reveló que algunos participantes de chemsex informaron que usaban drogas para superar la falta de confianza o para hacer frente al estigma asociado con tener VIH (2,16).
Si bien la mayoría de los estudios realizados examinaron las motivaciones para participar en sesiones de sexo donde se practica chemsex (14,17), solo alguno de ellos demostraron que los hombres que participaban en chemsex reportaban un impacto negativo autopercibido del consumo en ciertos aspectos de su vida. Por ejemplo, en un estudio realizado entre 1,648 HSH en el Reino Unido, aunque el uso sexualizado de drogas se asoció con la satisfacción sexual, al mismo tiempo, se asoció también con una menor satisfacción con la vida en general (14). En otro estudio entre HSH que asistían al Servicio de Salud para Hombres Gay en Dublín, (3) encontraron que uno de cada cuatro encuestados informó que el chemsex estaba afectando negativamente sus vidas y casi un tercio (31%) informó que le gustaría recibir ayuda o consejos sobre el chemsex. Además, un estudio entre 785 HSH en los Países Bajos informó que los hombres que creían que el chemsex afectaba negativamente sus vidas tenían más probabilidades de informar resultados adversos relacionados con la salud, como dependencia de las drogas, soledad e infección por VIH (18). En una encuesta en línea a nivel estatal en España en 2021, quienes participaron en chemsex en los últimos 12 meses informaron sentirse tristes (29,1%), más sensibles (21,1%), apáticos (33,6%), irritados o malhumorados (18,9%) y con falta de apetito sexual (15,51%), por participar en una sesión (19). Dos estudios estadounidenses entre HSH mostraron que se percibía que la metanfetamina tenía consecuencias negativas en su vida social y en su vida diaria, como la pérdida de amigos y parejas (20) y el uso intensivo de la droga afectaba su funcionamiento diario (21). Si bien los efectos negativos del chemsex son en gran medida comunes, algunos efectos en la vida pueden ser específicos para cada individuo. Por ejemplo, entre 75 hombres reclutados en los centros de salud del sur de Londres, el 52% informó de las consecuencias negativas percibidas del chemsex, y entre estos hombres, el 14,1% informó tener que ausentarse del trabajo, el 4,8% sobredosis accidentales y el 15,1% informó un impacto adverso en su salud mental (2). Aunque se han documentado las consecuencias negativas del chemsex, existe evidencia limitada de estudios que exploren los determinantes del impacto físico-social del chemsex hombres GBHSH (22).
Como se mencionó anteriormente, diversos estudios han explorado las motivaciones personales para participar en chemsex y la autopercepción de cómo el chemsex afecta la vida de las personas que lo practican, sin embargo, aún queda por examinar cómo estas motivaciones de chemsex están asociadas con el impacto autopercibido que los usuarios tienen del consumo en ciertos aspectos de la vida. El objetivo del estudio es describir la asociación entre variables demográficas, motivacionales y psicosociales con la autopercepción del efecto del chemsex en distintos aspectos de la vida de hombres GBHS que practican chemsex y acuden al servicio Chemsex Support, un servicio para dar respuesta a las necesidades que expresaban los usuarios de Stop Sida que lo practicaban y que se creó en 2015 (23). Por lo tanto, para poder identificar necesidades específicas de los hombres que acuden al servicio Chemsex Support y a los que el chemsex les está afectando en ciertos aspectos de su vida, y poder adaptar mejor el tipo de intervenciones a implementar en el servicio para ayudar a estas personas, será importante comprender qué determinantes demográficos, motivacionales y psicosociales están asociados con la autopercepción del efecto del chemsex en la vida de estas personas.
(Continua…)
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