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La importancia de conocer la salud sexual de las mujeres que conviven con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana

Laura González Rodríguez 1, Elena Marín Ortíz 1, Vanesa Rodríguez Fernández 1, Celia Miralles Álvarez 2
1 Facultativa especialista de área en Obstetricia y Ginecología. Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Galicia. España.
2 Facultativa especialista de área en Medicina Interna. Unidad de VIH. Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Galicia. España.
Email de correspondencia: laura_gr_@hotmail.com

RESUMEN

Introducción: La satisfacción sexual (SS) ha sido poco estudiada con perspectiva de género, en menor medida en colectivos como el de las mujeres que conviven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Estas suponen más del 50% de las personas que viven con VIH en todo el mundo, el 30-40% en España. A pesar de esto, existen muy pocos datos en la literatura que estudien la prevalencia de disfunción sexual(DS), sus características y condicionantes en este colectivo.

Objetivo: estudiar la SS con perspectiva de género en las mujeres VIH mediante la Nueva Escala de Satisfacción Sexual (NESS).

 Material y Métodos: Estudio observacional, transversal. Se incluyeron mujeres VIH que acudieron libremente al curso “Formación de la paciente experta en Menopausia y VIH”, en dos ediciones sucesivas. Tras la finalización del curso, se proporcionó la encuesta NESS para evaluar la SS de las asistentes.

Resultados: 35 asistentes, de estas 31 decidieron libremente realizar el test para la evaluación de la SS. El 83,86% presentó un nivel de SS elevado. Los ítems mejor valorados fueron aquellos centrados en la pareja sexual, en cambio los peores valorados son todos los centrados en la subescala del yo.

Conclusiones:  La SS global de las participantes del programa en valores absolutos es muy buena, pero si los desglosamos por ítems, la conclusión obtenida se modifica.

Palabras clave: satisfacción sexual, mujer, VIH.

ABSTRACT

Introduction: Sexual satisfaction (SS) has been little studied from a gender perspective, and even less in groups such as women who live with the human immunodeficiency virus (HIV). Women are more than 50% of people living with HIV worldwide. In Spain 30-40%. But there is very little data in the literature that studies the prevalence of sexual dysfunction, its characteristics and conditions in this group.

Objective: to study SS with a gender perspective in the group of women living with HIV using the New Sexual Satisfaction Scale (NSSS).

Material and Methods: Observational, cross-sectional study that included HIV-infected women who freely attended the course «Training of the expert patient in Menopause and HIV», in two successive editions. After the course, the NSSS survey was provided to assess the SS of the attendees.

Results: 35 attendees, of which 31 freely decided to take the test for the evaluation of SS. 83.86% of the women presented a high level of SS. The best valued items were those centered on the sexual partner, while the worst valued items were all those centered on the subscale of the self.

Conclusions: The overall SS of the participants of the program «Training of the expert patient in Menopause and HIV» in absolute values ​​is very good but if we break them down by items, the conclusion obtained is modified.

Keywords: sexual satisfaction, woman, HIV.

 

INTRODUCCIÓN

La sexualidad hace referencia a una dimensión fundamental del ser humano. Se define como las conductas, deseos y actitudes de una persona relacionados con el sexo y la intimidad física con uno/a mismo/a y/o con otros.

La sexualidad humana es un aspecto central de la calidad de vida de la persona y es el reflejo de su nivel de bienestar social, psicológico y físico.

El desarrollo pleno de la sexualidad depende de la satisfacción de necesidades humanas básicas tales como el deseo de contacto, intimidad emocional, placer… y además a través de la sexualidad satisfacemos necesidades biológicas, comunicativas, afectivas, sociales y culturales (1).

El concepto de salud sexual se definió por primera vez en el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra en el año 1974 (2).  La OMS considera la salud sexual no sólo como parte integrante de la salud general, sino también de la calidad de vida y de los derechos humanos. Actualmente, la definición que ofrece de salud sexual la OMS es: “Salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es meramente ausencia de enfermedad, disfunción o malestar. La salud sexual requiere un acercamiento positivo y respetuoso hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de obtener placer y experiencias sexuales seguras, libres de coacción, discriminación y violencia. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y satisfechos” (3) .

En cuanto al término de satisfacción sexual, como tal no aparece registrado en el Diccionario de la Real Academia Española, pero sí satisfecho/a como complacido/a, contento/a; y satisfacer como: agradar, complacer; saciar un apetito, una pasión; aquietar y sosegar las pasiones del ánimo.

Las conceptualizaciones acerca de la satisfacción sexual han sido diversas, pero concuerdan en que posee un componente físico y otro afectivo.

Existen diferentes definiciones de satisfacción sexual. En ocasiones se define como: “una evaluación subjetiva del agrado o desagrado que una persona tiene en relación con su vida sexual, o bien, como la capacidad del sujeto de obtener placer sexual mediante el coito o la cúpula” (4).

Otras veces se enfatiza su asociación con la frecuencia sexual y el orgasmo, o bien, se destaca la importancia de variables afectivas y relacionales, como el amor, las sensaciones post relaciones sexuales, la comunicación con la pareja o la iniciativa para tener relaciones sexuales (5). Las sensaciones y sentimientos posteriores al encuentro sexual, especialmente la alegría o el placer, son un componente importante de la satisfacción sexual. Así también, la ausencia y/o la negociación de las discrepancias en la pareja en cuanto al deseo de tener relaciones sexuales, se asocia fuertemente a la satisfacción sexual.

La satisfacción sexual también ha sido conceptualizada como la etapa final del ciclo de respuesta sexual (6) como un derecho sexual (7) y como un factor clave de la calidad de vida de las personas, asociándose a un mejor estado de salud física y mental (8).

En cuanto a las investigaciones desarrolladas en mujeres, estas señalan que las mujeres atribuyen múltiples significados a la satisfacción sexual, por ejemplo “el cumplimiento de un deseo erótico”, “la manifestación final de la pasión”, “sentirse complacida y amada”, etc. Así, la percepción subjetiva de este concepto es muy importante puesto que la actividad sexual genital, implícita en la mayoría de las definiciones, no sería entonces la única forma de logro de satisfacción sexual (9).

Aun cuando no existe una definición en común validada, una de las más aceptadas es la propuesta por Lawrence y Byers en 1995, entendida como una respuesta afectiva que emerge de una evaluación subjetiva de las dimensiones positivas y negativas asociadas con la propia actividad sexual” (10).

En el campo de la medicina y psicoterapia sexual las mediciones de la satisfacción sexual se utilizan actualmente como uno de los indicadores estándar de los trastornos de la salud sexual.

En este escenario, quienes trabajan en temas de salud sexual han investigado ampliamente las dificultades o disfunciones sexuales, los efectos de las conductas sexuales de riesgo y progresivamente han centrado su atención en la satisfacción sexual. Pero lo que se ha estudiado en menor medida es la satisfacción sexual con perspectiva de género en determinados colectivos más vulnerables, como el de mujeres que conviven con virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

 

(Continua…)

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