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La apuesta por contar la ciencia en la RMdS de la Red de Investigación en Sida (RIS) y de la Cohorte CoRIS

Autoras: Débora Álvarez del Arco1 y Victoria Hernando2
1 Agencia de comunicación científica en salud ‘La Doctora Álvarez’
2 Centro Nacional de Epidemiología, Instituto de Salud Carlos III

E-mail de correspondencia: debora@ladoctoraalvarez.com

La sociedad ha tenido, tradicionalmente, un papel pasivo en la ciencia. Los/as ciudadanos/as han participado en investigaciones cediendo información sobre sí mismos/as y/o muestras biológicas, pero rara vez han podido colaborar en el diseño de los proyectos, elegir en qué proyectos de investigación específicos prefieren participar o han recibido información acerca de los resultados de dichas investigaciones. Actualmente, la ciudadanía demanda cada vez con más fuerza herramientas y mecanismos que le permitan comprender el conocimiento científico y poder participar de forma activa en los procesos que se desarrollan para producirlo.

En este sentido, el informe “Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España 2018” que publica cada dos años la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología muestra que siete de cada diez ciudadanos/as están interesados/as en la ciencia (70%) y más de la mitad cree que la ciudadanía debería tener un papel relevante en ciencia (52%).

Esta progresiva democratización de la ciencia supone, sin embargo, un reto para las estructuras de investigación. Divulgar y difundir ciencia no significa ofrecer únicamente información sobre ciencia, es tener la capacidad de ofrecer una comunicación y un diálogo más eficaces, permitir la interacción y la construcción conjunta de ese conocimiento científico. Este proceso de “democratización” de la ciencia contribuye a despertar curiosidad científica en la ciudadanía y a generar confianza en los/as científicos/as, luchando frente a los bulos científicos y ofreciendo las herramientas necesarias para que pueda acudir a fuentes de información rigurosas y fiables.

Además, este proceso es complejo, ya que las diversas acciones de divulgación se pueden dirigir a audiencias muy diversas (estudiantes, población general, otros investigadores…), ser desarrolladas por distintos tipos de intermediarios (periodistas, profesores, organizaciones de la sociedad civil…) y, además, el abanico de razones de la ciudadanía para implicarse en el proceso científico puede ser muy amplio (afición, aprendizaje, militancia, decisiones políticas…).

Para responder a estos nuevos retos las plataformas de investigación que conforman la Red de Investigación en Sida (RIS) y la propia estructura desarrollan, desde hace años, iniciativas encaminadas a visibilizar el trabajo científico que se realiza desde los distintos grupos de investigación de la RIS y contribuir a la participación de la ciudadanía en la Red.

De hecho, la RIS cuenta con un paquete de trabajo específico para las tareas de docencia y de divulgación y comunicación científica. La estrategia de comunicación se teje en torno a dos ejes: las acciones de comunicación interna y las acciones de comunicación externa.

 

(… continua)

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