Beatriz Gullón-Peña1, Michel Alpízar-López2, José Antonio Pérez-Molina3
1 Hospital Universitario Ramón y Cajal, Madrid. CIBER de Enfermedades Infecciosas (CIBERINFEC). Instituto de Salud Carlos III, Madrid
2 Hospital Universitario Ramón y Cajal, Madrid. Asociación para el Estudio de las Enfermedades Infecciosas (AEEI)
3 Centro de Referencia Nacional para Enfermedades Tropicales. Servicio de Enfermedades Infecciosas.
RESUMEN
El diagnóstico de VIH y el proceso migratorio comparten algunas similitudes en la respuesta emocional que ambos eventos provocan, pudiendo suponer una doble vulnerabilidad para la salud psico-emocional de las personas que experimentan ambos procesos simultáneamente. Además, hay características del proceso migratorio o de poblaciones migrantes concretas que impactan en el grado de estigma o en el afrontamiento del mismo. Por todo ello, y con el objetivo de mejorar la atención de la salud psico-emocional de las personas que viven con VIH, resulta fundamental crear programas y herramientas de atención y evaluación específicas para las poblaciones más vulnerables, prestando atención a la diversidad lingüística y cultural de cada individuo.
ABSTRACT
HIV diagnosis and the migration process share some similarities in the emotional response that both events provoke, which may pose a double vulnerability for the psycho-emotional health of people who experience both processes simultaneously. In addition, there are characteristics of the migration process or of specific migrant populations that have an impact on the degree of stigma or on how they cope with it. Therefore, in order to improve the psycho-emotional health care of people living with HIV, it is essential to create specific care and assessment programmes and tools for the most vulnerable populations, paying attention to the linguistic and cultural diversity of each individual.
INTRODUCCIÓN
A pesar de los avances en la infección por VIH, que garantizan en la actualidad una supervivencia similar a la de la población general, su diagnóstico continúa siendo un suceso emocionalmente impactante como consecuencia de la estigmatización que supone. Por lo general, se trata de un evento que supone un marco divisor en la vida de la persona. Pero si además ocurre en el contexto de la migración su efecto negativo se multiplica.
Al abordar las respuestas o consecuencias emocionales de la migración, se trabaja en torno a tres elementos centrales: EL DUELO (duelo migratorio), LA ADAPTACIÓN (al contexto de acogida) y EL TRAUMA (en ocasiones vinculado a migraciones forzosas como consecuencias de conflictos o persecuciones).
Por otra parte, enfrentarse a un diagnóstico de VIH representa un camino intrincado que comprende fases que se inician con el momento del diagnóstico (evento potencialmente traumático), continúan con la adaptación a la condición de persona con VIH (fase de adaptación y duelo) hasta alcanzar una adherencia estable al tratamiento antirretroviral, una adaptación óptima a la rutina de seguimientos y analíticas y la integración del VIH como parte de la vida de persona, entre otras. En la actualidad, es la carga estigmatizante vinculada al VIH aún presente en la sociedad, la que dificulta en mayor medida este proceso.
Por ello, la intersección de la condición de migrante y el estigma vinculado al VIH puede suponer una doble vulnerabilidad para la salud emocional de estas personas.
A continuación se analiza cómo las respuestas emocionales vinculadas a estos elementos (duelo, adaptación y trauma) pueden agudizarse si el origen de la misma es doble: un diagnóstico de VIH y un proceso migratorio.
Continúa ….
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