Pedro Gullón
Grupo de Investigación en Salud Pública y Epidemiología. Departamento de Cirugía, Ciencias Médicas y Sociales. Universidad de Alcalá.
OBJETIVO
El objetivo de esta comunicación es doble. Por un lado, mostrar las definiciones de desigualdades sociales en salud y determinantes sociales de la salud. Por otro, aplicar este marco conceptual al conocimiento del VIH y del SIDA.
METODOLOGÍA
A partir del marco conceptual de los determinantes sociales de la salud que elaboró el Ministerio de Sanidad en su informe “Avanzando hacia la equidad: propuesta de políticas e intervenciones para reducir las desigualdades sociales en salud en España”, se buscaron en las principales bases de datos artículos científicos que consideramos relevantes en determinantes estructurales, intermedios y desigualdades en VIH y SIDA.
RESULTADOS
Nuestro estado de salud es diferente según el país, según la ciudad, según el barrio, según la clase social, según el género, según tu historia vital… No obstante, no todas las diferencias en salud nos preocupan de la misma manera. De hecho, podemos distinguir entre:
(a) Las diferencias en salud, que son desviaciones del estado de salud entre grupos que no pueden evitarse (por ejemplo, que las personas mayores tengan más probabilidad de morir que las jóvenes), y (b) las desigualdades en salud, que podemos considerar que son sistémicas, injustas y evitables (por ejemplo, diferencias de esperanza de vida según la clase social).
Por sistémicas entendemos que son producidas en estructuras sociales. Por ejemplo, que las personas mayores tengan más probabilidad de morir que las jóvenes es un proceso relacionado con la edad como proceso biológico; sin embargo, que las personas mayores tengan problemas de salud mental relacionados con la soledad no deseada es debido a estructuras sociales que empujan hacia la soledad de las personas mayores (cambios en modelos familiares, horarios de trabajo de familiares…). Por injustas entendemos que bajo el marco de justicia social que utilicemos las desigualdades no son aceptables.
Por tanto, el considerar (o no) cómo injustas diferencias en salud no podemos evitarlo ni la teoría ni la ideología. Por evitables entendemos que las desigualdades no son entes inmutables. Las desigualdades en salud cambian, y, tanto los procesos sociales como las políticas pueden hacer que esas desigualdades aumenten o disminuyan a lo largo del tiempo.
Desde el punto de vista del VIH y del SIDA se ha publicado evidencia científica de desigualdades en salud tanto en la incidencia de nuevos casos, como en la mortalidad o la supervivencia. Un estudio reciente publicado en la revista The Lancet analizó la epidemiología del VIH en EE. UU., donde se encuentran diferencias en la prevalencia de VIH por posición socioeconómica, género, orientación sexual o raza; por ejemplo, las mujeres negras tienen 17,6 veces más prevalencia de VIH que las mujeres blancas. En términos de supervivencia, una revisión de la literatura realizada por Sophie Abgrall y Julia del Amo encontró que existían desigualdades en la supervivencia …
Continúa ….
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