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Farmacoepidemiología en CoRIS para mejorar la calidad de vida de los pacientes

Autoras: Coral Consuegra, Victoria Hernando y Débora Álvarez

La Cohorte de la Red de Investigación en Sida (CoRIS), recoge datos de casi 15.000 personas que viven con VIH en nuestro país. El objetivo de esta plataforma de investigación es mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes.

La Doctora Inmaculada Jarrín lidera esta línea de investigación en CoRIS

Entre las distintas líneas de investigación desarrolladas en CoRIS, la doctora Inma Jarrín, Coordinadora epidemiológica de CoRIS y Científica Titular de Organismos Públicos de Investigación en el Centro Nacional de Epidemiología, Instituto de Salud Carlos III, Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, lidera una línea específica en farmacoepidemiología.

Conocer el impacto que tienen los fármacos en la salud de los individuos en condiciones de vida real es esencial para mejorar la calidad de vida de los pacientes

 

¿CÓMO SE ANALIZA SI UN FÁRMACO FUNCIONA?

Para entender en qué consiste la farmacoepidemiología es necesario explicar, en primer lugar, cómo se evalúa la eficacia y la seguridad de un nuevo medicamento.

El estudio de la eficacia y la seguridad de un nuevo fármaco es un proceso complejo pero necesario para garantizar que los medicamentos funcionan correctamente y que no producen efectos no esperados. La evaluación se desarrolla antes del lanzamiento del fármaco, a través de una fase preclínica a la que sigue una evaluación clínica, también conocida como “ensayo clínico” y, también, después de su comercialización, a través de estudios de farmacoepidemiología.

En la fase preclínica el fármaco se ensaya con los compuestos seleccionados para confirmar que son seguros y se realiza en organismos vivos (‘in vivo’) y en células o tejidos (‘in vitro’). Una vez concluida esta etapa con éxito, se realizan ensayos clínicos con personas, en los que se evalúa la eficacia y la seguridad y los efectos adversos de los medicamentos. Si los ensayos clínicos muestran el correcto funcionamiento del fármaco, éste se distribuye a la población.

Cuando el fármaco ya está comercializado los estudios de farmacoepidemiología, se encargan de analizar el uso del medicamento y sus efectos en la población en condiciones de vida real.

La Farmacoepidemiología en el VIH y en CoRIS

La farmacoepidemiología aplicada al VIH permite conocer el uso de las diferentes pautas de tratamiento antirretroviral en la práctica clínica habitual, estudiar la respuesta de los pacientes a las diferentes pautas y obtener información sobre la ocurrencia de efectos adversos e interacciones medicamentosas, entre otras.

El Programa 1 “Epidemiología, Salud Pública y Políticas para el control del VIH en España” de la Red de investigación en Sida (RIS) tiene como objetivo integrar los datos epidemiológicos, las muestras biológicas y los datos derivados de la atención médica de los pacientes que participan en CoRIS para apoyar las actuaciones en el ámbito de la Salud Pública. Por ello, una cohorte como CoRIS es el espacio ideal para realizar estudios de farmacoepidemiología, según la Dra. Jarrín: “en CoRIS participan casi 15.000 pacientes de 45 hospitales de trece Comunidades Autónomas. Tenemos una cohorte de ámbito nacional de la que el 83% de esos pacientes están tomando tratamiento antirretroviral. CoRIS nos ofrece una oportunidad única para conocer cuáles han sido las pautas prescritas con mayor frecuencia a lo largo de estos años y cuál ha sido el impacto que las diferentes pautas que han estado disponibles a lo largo del tiempo han tenido en la salud de la población VIH-positiva en condiciones de vida real”.

Los análisis farmacoepidemiológicos desarrollados en CoRIS han mostrado la paulatina mejoría de efectividad y seguridad de los tratamientos a lo largo del tiempo “es muy impresionante ver cómo el porcentaje de pacientes que sufren efectos adversos asociados al tratamiento antirretroviral disminuye año tras año”, señala la Dra. Jarrín que añade: “además, los efectos adversos que observamos en la actualidad son menos graves que los que sufrían los pacientes hace unos años.

Además, es esencial contar con estructuras de investigación como CoRIS que permitan evaluar el impacto de la introducción de nuevos tratamientos o, incluso, en la legislación vigente acerca de los tratamientos.  En este sentido, la caducidad de algunas patentes de fármacos antirretrovirales ha propiciado un nuevo escenario en el que conviven fármacos ‘de marca’ con fármacos genéricos. En este nuevo contexto, CoRIS es esencial: “estamos empezando a trabajar en un proyecto sobre el uso, efectividad y costes asociados de los fármacos genéricos para el tratamiento del VIH en CoRIS. Queremos conocer cuál es la tasa de prescripción de estos fármacos y cuáles son los factores asociados a dicha prescripción. Además, evaluaremos la efectividad de los fármacos genéricos comparándola con la de los fármacos no genéricos.”, subraya la Dra. Jarrín. En esta nueva realidad es muy importante conocer si los tratamientos genéricos son más coste efectivos que los tratamientos de marca, por las importantes implicaciones que tiene esta cuestión sobre los costes derivados del tratamiento del VIH para el Sistema Nacional de Salud.

El paradigma 90-90-90, los fármacos, CoRIS Y LOS PACIENTES…

La agencia de las Naciones Unidas que trabaja en el ámbito del VIH, ONUSIDA, estableció en 2013 la estrategia 90-90-90. Este paradigma tiene como objetivo que en 2020 el 90% de las personas que viven con el VIH estén diagnosticados, el 90% de las personas diagnosticadas con el VIH reciban tratamiento y el 90% de las personas que reciben tratamiento estén indetectables.

El objetivo de CoRIS es ayudar a construir un cuarto 90 que complete el paradigma teniendo en cuenta la calidad de vida de los pacientes: “en CoRIS vamos a contribuir a estimar el cuarto noventa, realizando estudios que nos permitan medir la calidad de vida de los pacientes que viven con VIH” señala la Dra. Jarrín. En toda la investigación que se desarrolla desde plataformas científicas como CoRIS los pacientes son la pieza fundamental: “en ningún caso podríamos desarrollar este trabajo sin la generosidad de las personas que viven con VIH, que nos ceden sus datos y sus muestras para que podamos hacer estas investigaciones”, subraya la Dra. Jarrín que añade, además: “nosotros necesitamos la información de los pacientes para hacer investigaciones y nuestra forma de corresponder a su generosidad es hacer investigaciones que contribuyan a mejorar su calidad de vida”.

 

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