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El VIH y las desigualdades

Arantxa Arrillaga
Osakidetza
E-mail de correspondencia: mirenarantzazu.arrillagaarrizabalaga@osakidetza.eus

El abordaje de las desigualdades ante el VIH es un objetivo fundamental de ONUSIDA. Su estrategia 2021-2026 pone el foco en las desigualdades socioeconómicas y culturales que están lastrando el objetivo de que el VIH desaparezca como amenaza de salud pública para 2030 (1).

Los datos sobre la respuesta mundial al VIH muestran que, durante los dos últimos años, la reciente pandemia y otras crisis mundiales han ralentizado los avances que se venían consiguiendo. Como ejemplo un dato revelador, el número de nuevas infecciones en el mundo bajó un 3,6% entre 2020 y 2021, el descenso anual más pequeño desde el año 2016. A esto se añade que vivimos en un mundo profundamente desigual y los datos globales ocultan realidades alarmantemente dispares. El VIH continúa castigando duramente África subsahariana, principalmente, a la niñas y mujeres jóvenes; y regiones como Europa Oriental, Asia central, Oriente medio, norte de África y América Latina, están registrando un aumento continuado de las nuevas infecciones por VIH.

Como ante muchas otras problemáticas, las voluntades políticas a menudo no están a la altura en la respuesta al VIH. Se olvida que derechos humanos universales como la salud están en la base de la justicia social, y se relegan recientes enseñanzas sobre la globalidad de la salud. Por eso, es difícil de entender la falta de solidaridad internacional, y que, en 2021, los recursos internacionales para el VIH fueran un 6% inferiores que en 2010 (2). A esto tenemos que añadir que a las desigualdades socioeconómicas se superponen las provenientes de las estigmatización y discriminación de las poblaciones clave.

En este contexto, podemos decir que en nuestro país estamos asistiendo a un importante desarrollo en la respuesta al VIH y las infecciones de transmisión sexual. Un ejemplo de ello es el artículo que Ana Koerting nos presenta sobre el Pacto Social por la no discriminación y la igualdad de trato asociado al VIH (3). Gracias a este pacto, se han conseguido importantes cambios en las regulaciones jurídicas que implican discriminación hacia las personas con VIH. Y es además un claro ejemplo del impacto de las sinergias entre los agentes sociales y políticos. Así, los nuevos marcos jurídicos generarán espacios en los que el VIH se vaya normalizando, contribuyendo a la disminución de estereotipos profundamente arraigados en la conciencia social.

La perspectiva multidisciplinar es un eje estratégico en el abordaje mundial del VIH, y esta revista y, concretamente, este número es una muestra de ello, con dos artículos que profundizan en la perspectiva de género, otro dedicado a valorar la formación de los futuros profesionales sanitarios en VIH e ITS y, un último, que presenta un interesante estudio centrado en usuarios de chemsex.

La perspectiva de género es imprescindible para actuar sobre las desigualdades en relación al VIH. Las mujeres, en general, son más vulnerables al VIH y, a nivel global, el VIH afecta de forma desproporcionada a mujeres en edades jóvenes, si bien, es cierto que en el mundo occidental la epidemia es principalmente masculina. Esta vulnerabilidad viene dada a nivel biológico, pero también a nivel social (4). Existe un constructo social por el que las mujeres sufren mayor desigualdad social y económica, y tienen más barreras de todo tipo para ocupar el mismo lugar que sus compañeros en la sociedad.

Por eso, es tan importante hacerse eco de artículos como el que nos presenta Laura González, sobre la importancia de conocer la salud sexual de las mujeres que conviven con el VIH (5). El artículo es doblemente interesante porque que se aleja de lo más biológico para centrarse en un aspecto no demasiado estudiado, el de la satisfacción sexual. Para ello utilizan la escala NESS que, a su vez, consta de dos sub escalas, una centrada en el yo y otra centrada en la pareja sexual. Aunque los resultados globales de satisfacción sexual son buenos, resulta curioso que los ítems peor valorados son los centrados en la propia satisfacción sexual, y mejor los relativos a su pareja sexual.

Siguiendo con la perspectiva de género, la sección de divulgación de este número nos ofrece un artículo fruto de la línea de trabajo de la cohorte Coris, dedicada a investigar aspectos relacionados con la mujer que vive con VIH. Julián Puente presenta los resultados de un estudio sobre diferentes aspectos del embarazo en mujeres que viven con el VIH (6). Sus resultados son muy interesantes, pero quería destacar uno especialmente relevante, sólo una parte de esas mujeres revelaron su estatus VIH a sus familiares más cercanos.

La respuesta al VIH exige también la adecuada formación de los profesionales sanitarios. Y, la realidad actual, a tenor del artículo que nos presenta David Martinez, muestra muchas limitaciones (7). El autor presenta los resultados de un estudio realizado entre estudiantes del grado de medicina y, según sus conclusiones, la formación en materia de VIH e ITS está desactualizada e incluso perpetúa el estigma. A modo ilustrativo, nos indica que continúa utilizándose terminología obsoleta como la de “grupos de riesgo”, y que una tercera parte de los entrevistados no está al tanto de actualizaciones, ya no tan recientes, como la de “indetectable= intransmisible” (8).

Esto es sólo un pequeño ejemplo más que sustenta el clamor que existe en el mundo del VIH sobre la necesidad de la especialidad de enfermedades infecciosas. Los profesionales sanitarios que han tratado a los pacientes VIH durante las últimas décadas han desarrollado de facto una especialidad que se ha traducido en un importante desarrollo clínico, científico y asistencial. Llegado el momento del relevo generacional, la falta de una especialidad reconocida está impidiendo la transmisión de ese conocimiento y podría conllevar, a medio y largo plazo, una merma en la calidad de la atención.

Por último, la revista recoge un interesante artículo sobre la respuesta a un fenómeno muy concreto, el chemsex. Es fundamental identificar y comprender los motivos que llevan a la práctica del chemxsex de cara a definir intervenciones preventivas y asistenciales. La mayoría de los estudios describen una gran variedad de motivos que se superponen e interactúan entre sí. A la motivación más inmediata de conseguir experiencias sexual más intensas, se unen una gran variedad de posibles motivaciones de carácter más psicológico o psicosocial. Sensación de libertad sexual, sentimientos de conexión, intensidad emocional, mejora de la autoestima, etc. En otros estudios se detecta el chemsex como forma de afrontar conflictos internos relacionados con la homosexualidad, o con vivir con el VIH (9).

Es en este contexto donde se situaría el artículo de Ibrahim Sönmez et al., sobre los determinantes de la afectación auto percibida del chemsex en usuarios del servicio Chemsex Support de Stop (10). Se trata de un estudio basado en datos provenientes de los propios usuarios y cuyo objetivo es describir la asociación de variables demográficas, motivacionales y psicosociales, con la autopercepción del efecto del chemsex en distintos aspectos de la vida de hombres GBHSH (gais, bisexuales y otros HSH). Como resultado es de destacar que la gran mayoría de los participantes reporta que practicar chemsex le ha afectado negativamente en su vida. La percepción de riesgo, motivaciones como la evasión y/o desinhibición, haber tenido un “chungo” y el nivel educativo, se asociaron con la afectación auto percibida del chemsex. Se trata, por tanto, de un interesante estudio dentro de una línea de investigación fundamental a la hora de diseñar estrategias que minimicen los resultados adversos del chemsex.

Así, este conjunto de artículos compone un nuevo número de la RMdS, que vuelve a ser un ejemplo de la riqueza que supone la multidimensionalidad del VIH.

 

Bibliografía

1. ONUSIDA. Estrategia mundial contra el sida 2021-2026: Acabar con las desigualdades, Acabar con el sida. Marzo 2021. Disponible en: https://sid-inico.usal.es/wp-content/uploads/2022/05/Estrategia-Mundial-contra-el-SIDA-2021-2026.-Acabar-con-las-desigualdades.-Acabar-con-el-SIDA.pdf (consulta abril 2023).

2. ONUSIDA. Desigualdades peligrosas – Informe del Día mundial del sida 2022. Noviembre de 2022. Disponible en: https://www.unaids.org/sites/default/files/media_asset/dangerous-inequalities_es.pdf (consulta abril 2023).

3. Koerting A, Gómez Castello J, del Amo J. Pacto social por la no discriminación y la igualdad de trato asociado al VIH, un avance en la defensa de los derechos de las personas con el VIH. Rev Multidisc Sida. 2023; 11(29).

4. Galindo Puerto MJ. Retos en el cuidado de las mujeres con VIH. Rev Multidisc Sida. 2014; 1(3). Disponible en: https://www.sidastudi.org/resources/inmagic-img/DD22897.pdf ( consulta abril 2023).

5. González Rodríguez L, Marín Ortiz E, Rodríguez Fernández V, Miralles Álvarez C. La importancia de conocer la salud sexual de las mujeres que conviven con el Virus de la Immunodeficiencia Humana. Rev Multidisc Sida. 2023; 11(29).

6. Puente Ferreiro J, Hernando V. El embarazo en las mujeres que viven con VIH, más allá del estigma. Rev Multidisc Sida. 2023; 11(29).

7. Martínez González D. Análisis de la formación en materia de infecciones de transmisión sexual en el Grado de Medicina de la Universidades Españolas de Medicina para la Cooperación Internacional (IFMSA Spain). Rev Multidisc Sida. 2023; 11(29).

8. ONUSIDA. Indetectable=Intransmisible. Disponible en https://www.unaids.org/es/resources/presscentre/featurestories/2018/july/undetectable-untransmittable (consulta abril 2023).

9. Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida. Abordaje del fenómeno del chemsex. 2020. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/ciudadanos/enfLesiones/enfTransmisibles/sida/chemSex/docs/CHEMSEX.ABORDAJE.pdf (consulta abril 2023).

10. Sonmez I, Villegas Negro L. Mora R, Folch C. Determinantes de la afectación autopercibida del Chemsex en usuarios del servicio Chemsex Support. Rev Multidisc Sida. 2023; 11(29)

 

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